Raquel Estecha Pastor: No hay credos, razas ni sexos; no hay censuras, demonios o pecado; ni imperfección o provocación. No hay buenos ni malos: hay alternativas.
No hay maldad ni tinieblas cuando el sueño de dos personas, conduce a la felicidad de tres. Quizá sólo haya amor. Ese gran desconocido. La única condición imprescindible. Quitémosle barreras. Quitémosle miedos. Y los adultos aprenderemos a multiplicar por tres.
¿Nos sentamos a hacer cuentas sin mirar más signos que el cariño y el amor? Muchas niñas y niños lo agradecerán.
A mí, heterosexual, educada en colegio de monjas, de familia numerosa y conservadora, es lo único que me importa. Lo único que veo. Porque “Familia” no lleva etiqueta. Su composición la forman las personas que te dan 100% pura ternura, calor a más de 30 grados, apoyo en seco o mojado... y la garantía del amor, la cual no caduca jamás.
|